lunes, 14 de noviembre de 2011

TIBERIO

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Su nombre era TIBERIO CLAUDIO NERÓN GERMÁNICO, y fue el segundo emperador de la dinastía “Julio Claudios”; gobernó el imperio romano desde el año 14 hasta el 37 d.C. Se supone que en su época de gobierno murió Jesús en el actual Israel. Los primeros años de gobierno de Tiberio fueron solo de calentamiento en cuanto a asesinatos familiares. Su hijo Julio Druso, no estaba en línea de trono porque se lo impedía su sobrino e hijo adoptivo, ahora conocido como Germánico, quien ocupaba un alto cargo en Siria. Pero, más tarde, asesorado por Lucio Sejano, un ambicioso asesino, y supuestamente por orden de Tiberio, el gobernador de Siria, Cneo Calpurnio Pisón, envenenó a Germánico y le dejó despejada la línea de trono al hijo del emperador Tiberio. Por la muerte de Germánico surgió un escándalo, Pisón estuvo a punto de involucrar al emperador, pero se cree que prefirió suicidarse.

Livila, una de las hermanas del asesinado Germánico y quien era esposa de Julio Druso y en secreto amante de Sejano, acusó e hizo morir a su cuñada Agripina, esposa de Germánico, y a dos de sus hijos, porque ésta acusaba directamente al emperador Tiberio del asesinato de su esposo. De esta familia el único varón que se salvó fue el entonces niño, Calígula, quien después asesinaría al emperador y ascendería al trono. Esta Livila es la misma que le colaboró a su abuela Livia en el envenenamiento de uno de los nietos del “Venerable”, y quien ahora estaba casada con el único hijo del emperador Tiberio. 14 En ese tiempo, Tiberio poco a poco fue delegando sus funciones y por último dejó a Sejano encargado de los asuntos más importantes del imperio y se marchó a Capri, donde, según escritos históricos, se dedicó a la perversidad. Y, según registros históricos, fue Sejano quien nombró a Poncio Pilato de procurador de Judea. Sejano, al tomar el poder, creó en Roma un ambiente de terror con una red de espías e informantes cuyo incentivo para acusar de traición a los adinerados era hacerse a una parte de las propiedades del acusado, tras su reclusión y pronta muerte. Ante esa situación hubo muchas personas que prefirieron suicidarse, antes que someterse a esas amañadas acusaciones, pero el resultado era que así le facilitaban los robos a Sejano.

El emperador Tiberio, en Capri, se dedicó casi de lleno a la perversidad y casi no gobernaba ni le daba mayor importancia a los asuntos del imperio. Su hijo, Julio Druso, era alcohólico y degenerado; era tal la perdición de Julio Druso, que cuando él apareció muerto nadie sospechó que había sido envenenado. Pero su inesperada muerte causó estragos en el ánimo de su padre. El historiador Tácito dice que “él emperador se convirtió en la persona más triste de la humanidad”, y añade que entonces, con frecuencia, él cambiaba de actitud y desconfiaba de todo el mundo. Se cree que tal vez por desconfianza, Tiberio primero rechazó la propuesta de Sejano de casarse con su sobrina y ex nuera Livila, la viuda de su hijo Julio Druso, pero poco después autorizó el matrimonio y regresó a Roma; luego se marchó de nuevo a Capri y dejó a Sejano en su reemplazo; mas tarde, Sejano obtuvo el consulado con el emperador como “el otro cónsul”, cosa que Tiberio había reservado solo para los herederos a la corona. Tiempo después, Sejano fue convocado al senado, adonde llegó muy flamante creyendo él que recibiría gran parte del poder tribunicio, pero en lugar de eso fue leída una carta donde Tiberio lo acusaba de traición y daba la orden de matarlo enseguida y eliminar a toda su organización. Esa misma semana murió Sejano y todos sus más cercanos y prominentes colaboradores. Pocos días después, Apicata, ex esposa de Sejano, antes de suicidarse le hizo llegar una carta a Tiberio, denunciando que Julio Druso había sido envenenado con la complicidad de su esposa Livila. Luego, en una investigación, el copero de Julio Druso, llamado Ligido, y Eudemo, médico de Livila, confirmaron la acusación de Apicata. Por ese crimen, Livila fue encerrada por su propia madre quien la obligó a morir de hambre. Existen numerosos escritos que aseguran que el emperador Tiberio cometió toda clase de perversidades, pero en eso no están de acuerdo todos los historiadores de ese tiempo, por lo que resulta riesgoso darlos como ciertos.

En lo que más están de acuerdo los historiadores es en que el emperador Tiberio pasó a la historia, nó como un tirano sino como un hombre que nunca quiso gobernar, y que llegó al poder llevado por su ambiciosa madre. Se ha considerado que era un resentido con el mundo; muy reservado, de gran estatura, de tez blanca, ojos verde azul como los gatos, sentía vergüenza de su calvicie, y era extremadamente cruel; Suetonio, un historiador de ese tiempo, escribió una anécdota, según la cual, un pescador de Capri subió un acantilado para regalarle al emperador el mejor pescado que había capturado ese día. Al aparecérsele de repente, el pescador hizo asustar y enojar al emperador quien ordenó restregarle en la cara su pescado. Pero el pescador como que también era de muy malas pulgas, pues en medio de sus lamentos por el dolor que le causaba la refriega del pescado, se felicitó por no haber traído una enorme langosta que había capturado ese mismo día. Tiberio, ahora 15 más irritado, ordenó traer la langosta e hizo que también con ella le restregaran la cara al pescador.

Tiberio murió en Miseno, un puerto ubicado en el sur de Italia. En esa época, el imperio romano era presa de la anarquía porque la familia del emperador no se había puesto de acuerdo para elegir a su sucesor. Su muerte fue anunciada aún estando él vivo, cosa que en vez de velorio causó fiesta en el imperio y luego decepción al saberse que estaba vivo. Pero muy pronto volvió el regocijo, luego de que Calígula y el prefecto Macro lo asesinaron. En su testamento, Tiberio había delegado en su reemplazo a Calígula, quien era hijo de su sobrino Germánico, y a su primo Tiberio Gemelo, para un reinado compartido. Calígula, con el respaldo del prefecto Macro, tomó el poder y luego asesinó a Tiberio Gemelo.

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